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Los bosques desempeñan un papel esencial en la retención de carbono. ¿Pero durante cuánto tiempo pueden retenerlo? Un nuevo estudio muestra que el tiempo de permanencia del carbono en los bosques terrestres se ha reducido entre el 0,2% y el 0,3% anual en las últimas décadas. La mayor concentración de dióxido de carbono, los aumentos de temperatura y las sequías aceleran la mortalidad vegetal.
Tras una extensa evaluación de las medidas formuladas desde la Unión Europea a través de la Política Agraria Común (PAC) para fomentar a la conservación de la biodiversidad, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) concluyen que dichas medidas deberían adaptarse regionalmente, es decir, teniendo en cuenta el acervo regional de especies y los requisitos específicos de las especies a las que se pretende proteger, y considerando explícitamente las características del paisaje.
La actual crisis de pérdida de biodiversidad exige un nuevo enfoque en la conservación de la naturaleza y la biodiversidad. No basta con construir muros alrededor de lo que se mantiene aún, sino que es necesario conservar en todas partes incluidas las zonas urbanas.
Es otoño, tiempo de setas. Las buscamos en los bosques y en los mercados. Las consumimos en casa y en los restaurantes. Es bien conocida su importancia socioeconómica, además los hongos proveen múltiples servicios ecosistémicos que resultan determinantes para la vida del planeta
Proyecto Life Forest CO₂, en el que participa el Grupo de investigación Evaluación y Restauración de Sistemas Agrícolas y Forestales, Universidad de Córdoba para el estudio de las masas forestales de repoblación y su influencia en la mitigación del cambio climático.
Las plantas pueden guardar información sobre cambios ambientales, lo que les permite preparar su organismo a dichos cambios anticipadamente. Un grupo de investigación de la Universitat de Lleida lleva años estudiando su función y han descubierto, por ejemplo, que este mecanismo hace de despertador en las plantas.
La iniciativa, que se desarrolla de forma paralela en otras cinco ciudades españolas, ha repartido 500 plantas de fresales a colectivos ciudadanos para que sirvan como estaciones de monitorización de la contaminación ambiental.
Ocho especies prohibidas y veintidós especies invasoras sin regular se suman a cuarenta y seis especies potencialmente invasoras que se comercializan en los viveros de España. Las especies invasoras son un problema creciente que, junto con el cambio climático, la contaminación y otros grandes impactos, está peligrosamente enmarcado en lo que conocemos con el nombre de cambio global.