Fotografía del artículo no disponible
| 16 Jul 2015

Las matemáticas nos ayudarán a predecir qué tipo de incendio sufrirá cada paisaje

Fuente: CREAF

Incendio topográfico, Salo (Bages) julio 2013. Fuente: Bombers de la Generalitat de Catalunya.

Incendio topográfico, Salo (Bages) julio 2013. Fuente: Bombers de la Generalitat de Catalunya.

Un equipo de investigadores del CREAF, del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC) y de la unidad técnica GRAF los Bomberos de la Generalitat de Cataluña ha encontrado la fórmula para saber la probabilidad que tiene un paisaje de sufrir un tipo de incendio u otro, según las características de su vegetación, el tipo de terreno y las condiciones climáticas.

El estudio, publicado en la revista International Journal of Wildland Fire, revela que existe un patrón para cada uno de los tres tipos de propagación de incendios forestales identificados por los equipos de bomberos. “Los incendios conducidos por la forma del terreno, que se desplazan por movimientos de aire similares a las brisas, dependen de factores como la pendiente y la orientación de las vertientes. Estos incendios son los menos peligrosos y fáciles de controlar”, explica  Andrea Duane, investigadora del CTFC y primera autora del estudio.

Otro tipo de incendio, los convectivos, aparecen en lugares donde se acumula mucha biomasa y hay mucho combustible disponible. Se propagan de forma virulenta en todas direcciones y se consideran los más grandes y destructivos. “Estos incendios se manifiestan a principios de los años noventa, como consecuencia del progresivo abandono del mundo rural y de las actividades tradicionales en torno a los bosques, junto con la falta de gestión forestal”, explica Míriam Piqué desde el CTFC.

El tercer tipo de incendio se propaga con el viento y depende de factores que no se pueden modificar, como el propio viento y la topografía. “Son muy peligrosos y difíciles de controlar, porque el viento puede cambiar de dirección e intensidad de forma repentina. Su gestión preventiva, además, supone un reto añadido, ya que dependen fuertemente de variables climáticas que son difíciles de gestionar”, explica Marc Castellnou de GRAF-Bomberos.

Útil para la gestión y la prevención de incendios

Los investigadores aseguran que este trabajo abre la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias de gestión territorial y forestal según los diferentes tipos de patrones de propagación de los incendios. “Si conocemos las variables que provocan un tipo de incendio u otro podremos aplicar diferentes medidas de gestión. Por lo tanto, no sólo ayudará a planificar las actuaciones de los bomberos ante los incendios, sino que también nos permitirá actuar preventivamente”, dice Lluís Brotons, investigador del CREAF el CTFC, remarcando la necesidad de la gestión y las claras del sotobosque para reducir la magnitud de algunos incendios.

Incendios y cambio climático

El estudio puede tener un gran impacto en la búsqueda de los regímenes de incendios en un escenario de cambio global. “Nos encontramos en un contexto en el que no sabemos cómo evolucionarán los incendios en un futuro. Lo que sí sabemos es que los cambios ambientales como cambios en el uso del suelo o en la cubierta vegetal cambiarán la estructura de los bosques y, por tanto, también puede variar la dinámica de los incendios “, concluye Andrea Duane

Últimas noticias

El mosquito tigre y su escasa influencia en la transmisión de la malaria aviar

El equipo científico, formado por expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); la Universidad de Granada y el Nature Research Centre de Lituania ha analizado el papel de este díptero como vector de patógenos de la malaria aviar. El estudio apunta a la preferencia del mosquito tigre por alimentarse de mamíferos como una de las posibles causas de la baja relevancia en la dispersión de la enfermedad.

Sigue leyendo

Evalúan el riesgo de la presencia de fitosanitarios en Doñana y Tablas de Daimiel

El estudio, el más completo realizado hasta el momento, ha revelado la presencia generalizada de fitosanitarios, algunos prohibidos desde el 2009, en ambos Parques Nacionales. Los compuestos detectados conllevan un impacto ambiental y un riesgo para los ecosistemas acuáticos.

Sigue leyendo

Ir al contenido