Volver

Fotografía ilustrativa del artículo
| 11 Nov 2014

La luminosidad del hábitat influye en el tamaño de los ojos de las aves

Fuente: SINC/MNCN

Batará variable (`Thamnophilus caerulescens´) uno de los representantes más comunes de los Thamnophilos, un grupo de aves especializados en la vida en el interior del bosque neotropical. / Diego Gil

Batará variable (`Thamnophilus caerulescens´) uno de los representantes más comunes de los Thamnophilos, un grupo de aves especializados en la vida en el interior del bosque neotropical. / Diego Gil

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), han determinado cómo influye la luminosidad del hábitat en el tamaño relativo de los ojos de un grupo de especies de aves amazónicas. El estudio sugiere que las aves que viven en zonas con menor cantidad de luz tienen ojos más grandes que les permiten alimentarse a horas más tempranas y aumentar su periodo diario de actividad. Asimismo, las conclusiones sugieren que deben existir costos, como daños oculares provocados por el exceso de luz, derivados de tener un ojo grande.

El tamaño relativo de los ojos está relacionado con los niveles de luz de los hábitats. Los peces abisales o las aves nocturnas tienen ojos más grandes de lo que esperaríamos por su tamaño ya que un mayor tamaño ocular aumenta la capacidad visual permitiendo discernir presas o depredadores y facilitando la comunicación en la oscuridad.

Lo que no se sabía es cómo afectan las diferencias de luz en hábitats como la selva amazónica, donde los cambios son muy acusados. El elevado porte de los árboles y la intrincada vegetación de la Amazonía permiten definir zonas de luminosidad muy diferente.

“Cada especie de las que integran la comunidad de aves de esta región, una de las más diversas del mundo, elige sus hábitats en función de dos variables: la distancia del borde del bosque y la altura de la vegetación en la que viven”, explica Cristina Martínez, bióloga por la Universidad Complutense de Madrid.

Balance entres costos y beneficios

La primera fase del estudio consistió en censar las aves a distintas distancias del borde de la selva con el fin de caracterizar su elección de hábitat, y después determinar la relación entre estas variables y el tamaño relativo de los ojos. “Las mediciones del tamaño de ojo se efectuaron sobre fotografías, usando como escala el tamaño de pico cuya medida se obtuvo gracias a los ejemplares de la colección del Museo de Historia Natural de Sao Paulo”, explica Eduardo Santos, investigador de la Universidad de sao Paulo (Brasil).

Los resultados muestran que las aves que viven en las zonas más internas de la selva –áreas a las que llega menor cantidad de luz solar–, tienen ojos mayores que las que viven en los márgenes. Sin embargo, la altura de la vegetación no marca ninguna diferencia. “El patrón encontrado apunta que las aves compensan los bajos niveles de luz con un tamaño de ojo mayor. Esta variación sugiere que existen costos derivados de tener un ojo grande y que el tamaño relativo de los ojos es el resultado de un balance entre costos y beneficios biológicos”, concluye Diego Gil, investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

Referencia bibliográfica:

Martínez-Ortega, C., Santos, E.S.A. y Gil, D. (2014) «Species-specific differences in relative eye size are related to patterns of edge avoidance in an Amazonian rainforest bird community» Ecology and Evolution DOI: 10.1002/ece3.1194

Últimas noticias

El tipo de vegetación condiciona la severidad del fuego y la recuperación de los ecosistemas mediterráneos

La investigación liderada por la Universidad de Cádiz indica que las masas densas de pino favorecen incendios más intensos y dificultan la recuperación del ecosistema. Este trabajo destaca la importancia de una gestión activa para crear paisajes más resilientes.

Sigue leyendo

Los gatos domésticos pueden alejarse hasta más de 2km de su hogar, con potenciales consecuencias sobre la fauna silvestre

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana – CSIC estudia la capacidad de desplazamiento de los gatos y su tendencia a adentrarse en hábitats naturales, un comportamiento que puede tener impactos negativos, incluyendo problemas de competencia e incluso hibridación con el gato montés. Los gatos más jóvenes, los esterilizados y aquellos con dueño presentan áreas de campeo más amplias y una mayor incursión en hábitats naturales.

Sigue leyendo

Ir al contenido