Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide establecen que el ciclo de vida condiciona la invasión de la cotorra de Kramer
El desajuste entre el momento de reproducción y el clima local parece limitar el establecimiento y la expansión de una especie invasora, la cotorra de Kramer (Psittacula krameri). Es decir, la invasión de esta especie es limitada por criar antes de la llegada de la primavera. Este es el resultado de un estudio liderado por el alumno Álvaro Luna Fernández y su director Pim Edelaar, del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica de la Universidad Pablo de Olavide, con la colaboración de un equipo internacional formado una red de expertos europeos en cotorras invasoras (ParrotNet), que se ha publicado en la revista internacional Biological Invasions.
Las especies invasoras son aquellas introducidas por el humano en áreas fuera de su distribución nativa y en muchos casos causan problemas en la biodiversidad local, la economía y la salud humana. La coincidencia o no del clima de su área nativa con el área invadida se suele considerar un factor que puede limitar la invasión de una especie. Este nuevo estudio sugiere que la coincidencia del clima no es suficiente, sino que el ciclo de vida también tiene que coincidir. Por ejemplo, un organismo originario de una zona con un clima similar a España podría establecerse pero no lograría perpetuarse si intentara criar en un momento muy distinto a lo habitual, por ejemplo en invierno en vez de en verano.
Las cotorras de Kramer, que tienen su origen en India y Pakistán, fueron muy vendidas como mascotas durante décadas. Por escapes o liberaciones, acabaron instalándose en más de 100 poblaciones en libertad en Europa en ciudades como Sevilla, Londres o Ámsterdam y en la actualidad han superado los 100.000 ejemplares. Este tipo de cotorra está clasificada entre las 100 especies de aves más invasoras del mundo, es considerada plaga agrícola en su área de origen y en Europa y provoca daños también a otras especies de animales como el Cernícalo Primilla y el murciélago Nóctulo Grande. Por estos motivos, hace unos años se prohibió su liberación, importación, cría y comercio en nuestro país.
Para entender cómo esta especie logró instalarse en algunas zonas de Europa pero no en otras, los investigadores recopilaron datos sobre fechas de cría en el área de origen y en diferentes ciudades donde aparece como invasora. Comparando estos datos con el desarrollo de la vegetación y el momento de cría de aves nativas, el resultado mostró que esta especie tiene un desajuste en el momento que elige para empezar a criar y cuándo debería hacerlo, sobre todo en el norte de Europa. La cotorra empieza a criar cuando el invierno no ha dado aún suficiente paso a la primavera, de modo que para los pollos hay falta de comida y excesivo frío. Por tanto, el desajuste entre cuándo deberían criar y cuándo lo están haciendo realmente está interviniendo en su éxito reproductor. No se ha podido aclarar por qué las cotorras crían demasiado temprano, pero probablemente usan indicadores ambientales como los cambios en el número de horas de luz por día, que funcionan bien un su área nativa pero no tanto en su nueva área como invasor.
Este estudio reclama la atención sobre el “cuándo” respecto a los elementos del ciclo de vida, un punto de vista que ha pasado hasta ahora casi inadvertido en los estudios sobre las especies invasoras. Ahora, esta información puede ayudar a predecir qué especies podrían convertirse en invasoras y, por tanto, ayudar a la solución de este problema.
Bibliografía: Luna, A., Franz, D., Strubbe, D. et al. Reproductive timing as a constraint on invasion success in the Ring-necked parakeet (Psittacula krameri). Biol Invasions (2017). doi:10.1007/s10530-017-1436-y
https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10530-017-1436-y
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