Factores ambientales y antropogénicos en los daños causados por osos
En Europa cada año se reclaman las indemnizaciones por daños causados por osos pardos de unas 12.000 ovejas y cabras y 2.000 colmenas. La mayoría de estas pérdidas se concentran en unos pocos países. Un estudio internacional publicado en el Journal of Applied Ecology, en el que han participado investigadores de la Estación Biológica de Doñana, destaca que las diferencias no están relacionadas con la abundancia de los osos, sino con las prácticas de manejo y uso de los recursos. Las pérdidas de ganado por ataques de lobos o las de colmenas por osos, conllevan consecuencias económicas y emocionales que han desencadenado un rechazo hacia estas especies y los ha llevado al borde de la extinción en muchas zonas. Sin embargo, las cosas han cambiado. Ahora lobos, osos y otros depredadores están protegidos y en muchos países se compensan económicamente los daños.
Este estudio muestra que el número de compensaciones por daños de osos es muy diferente entre las regiones europeas. Por ejemplo, en Noruega son alrededor de 900 compensaciones al año, mientras que en Estonia sólo 30. Estas diferencias son más grandes si tenemos en cuenta que en Estonia hay 4 veces más osos que en Noruega. Dicho de otra forma: el número de compensaciones por oso es 150 veces más alto en Noruega que en Estonia. Para explicar estas diferencias tenemos que fijarnos en la forma de gestión: por ejemplo cómo se compensan las reclamaciones, si se aplica alimentación suplementaria, o la cantidad de terreno agrícola en la zona. Todos estos factores influyen en el número final de reclamaciones; sin embargo, la abundancia de osos no tiene ninguna influencia sobre ello. Una práctica comúnmente utilizada para disminuir los daños es reducir el número de osos. Este estudio demuestra que las cosas no son tan simples, y que las regiones donde se permite la caza o con un número menor de osos no son necesariamente las que tienen menos reclamaciones.
La forma de compensar los daños difiere entre países y estas diferencias se reflejan en el número de compensaciones. Un ejemplo de buenas prácticas es Suecia, donde el gobierno subvenciona las medidas preventivas para proteger el ganado y las colmenas, tales como pastores eléctricos y perros. Cuando hay una denuncia por daños, un inspector tiene que verificar que fueron causados por un oso y las compensaciones se abonan únicamente si se están utilizando medidas preventivas. En el otro extremo, en Noruega hasta el 95% de las compensaciones no son verificadas, y corresponden a ganado suelto y sin protección. Estas diferencias entre países vecinos no son raras en Europa: los mismos osos son culpables de numerosos daños en un lado de la frontera, y sólo de unos pocos en el otro..
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Referencia: Bautista et al (2016) Patterns and correlates of claims for brown bear damage on a continental scale. J Appl Ecol doi:10.1111/1365-2664.12708
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