
El ibis revela los secretos del vuelo en formación de V de las aves
Un equipo internacional de investigadores ha monitorizado el vuelo de un grupo de catorce ibis eremitas (Geronticus eremita) migratorias volando en formación en ‘V’. Grabaron su posición, su velocidad, rumbo y cada aleteo durante un período de 43 minutos.
Según sus observaciones, las aves crean estas formaciones para ahorrar energía mediante la posición del cuerpo, al sincronizar el movimiento de sus aleteos. Los individuos que vuelan de esta forma en grupo a menudo cambian su posición y alteran el momento de su aleteo para conseguir la mejor ventaja aerodinámica posible.
“Al volar en formación en V –detrás y al lado del pájaro de delante– los pájaros que van detrás agitan sus alas en fase, lo que les permite tener un impulso extra del pájaro de delante”, explica el estudio.
Por el contrario, aquellas aves que vuelan directamente detrás del pájaro más adelantado baten sus alas fuera de fase, lo que minimiza los efectos de la corriente descendente en detrimento de las alas del líder.
“Estos hallazgos indican que las aves tienen una notable capacidad de sentir y predecir los patrones de las turbulencias del aire causadas por multitud de compañeros cercanos”, apunta la investigación
Este complejo patrón se había sugerido previamente a partir de modelos teóricos, pero nunca se había registrado en aves de vuelo libre. En el estudio han participado el Royal Veterinary College de Reino Unido, la Universidad de Washington (EE UU), el Waldrapp de Austria, la Universidad Humboldt (Alemania), la Universidad de Londres y la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Últimas noticias
Un equipo de la Universidad de Córdoba en colaboración con otras entidades y equipos de investigación de España y Portugal, desarrolla un nuevo método que permite evaluar de manera sencilla el estado de calidad de las dehesas en función de una serie de buenas prácticas relacionadas con la biodiversidad, la productividad de los pastos o el manejo de la arboleda.
La combinación de lluvias tardías, el nivel elevado del río y del mar y la influencia del dique de la Montaña del Río han ralentizado el desagüe de la marisma, que presenta aún un alto nivel de inundación, con un 47% de su capacidad. Esto favorecerá la reproducción de aves acuáticas y la regeneración de vegetación, pero también plantea retos como la proliferación de especies invasoras y de cianobacterias.