
El CSIC estudiará el crecimiento de las plantas en condiciones de gravedad cero en la Estación Espacial Internacional

Arriba: Acople de la cápsula Space X a la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA./ Abajo a la izquierda: plántulas de arabidopsis germinadas en el contenedor experimental. Crédito: Raúl Herranz./ Abajo a la derecha: Parche de la misión espacial.
El proyecto internacional Seedling Growth, codirigido por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Mississippi (Estados Unidos), enviará al espacio el próximo 1 de marzo una cápsula con material de investigación para estudiar el crecimiento y desarrollo de las plantas en condiciones de gravedad cero. La carga científica partirá desde Cabo Cañaveral (Estados Unidos) a bordo de la nave no tripulada Dragón rumbo a la Estación Espacial Internacional.
“Los resultados que perseguimos con esta serie de investigaciones espaciales serán fundamentales para definir las condiciones de crecimiento de las plantas que servirán de alimento a los astronautas en futuras estancias en el espacio, e incluso en los viajes tripulados a Marte que ya se están proyectando. Además, contribuirán al aumento de la sostenibilidad y eficiencia de la agricultura terrestre”, explica el investigador del CSIC y codirector del proyecto Javier Medina, del Centro de Investigaciones Biológicas.
Este es el primer envío a la Estación Espacial Internacional de los tres que tiene previsto realizar el proyecto. Los siguientes tendrán lugar en 2014 y 2015.
Antecedentes
Tanto el equipo del CSIC como el de la Universidad de Mississippi han realizado con éxito experimentos previos en el espacio. El grupo del CSIC desveló, tras el análisis de los datos recogidos durante la misión Cervantes a la estación orbital, la existencia de alteraciones en la proliferación y el crecimiento celular en los órganos encargados de proveer células para el desarrollo de la planta adulta. Por su parte, resultados obtenidos por el equipo norteamericano en la Estación Espacial Internacional muestran que las plantas presentan un comportamiento anómalo frente a la luz cuando crecen en ausencia de gravedad, lo que supone la reaparición de mecanismos evolutivamente ancestrales que fueron posteriormente descartados u ocultados al evolucionar las plantas en presencia de la gravedad terrestre.
Colaboración internacional
“Seedling Growth es el proyecto más ambicioso que se ha programado hasta ahora en la instalación para la investigación con plantas con que cuenta la Estación Espacial Internacional. La cooperación internacional ha sido un factor clave, ya que aunque las Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA cooperan de modo global en la estación orbital y en otros ingenios espaciales, no es frecuente la realización de proyectos concretos de investigación compartidos, sobre todo en el campo de ciencias de la vida”, añade el investigador del CSIC Raúl Herranz, del Centro de Investigaciones Biológicas.
“Además de Seedling Growth, estamos trabajando en un nuevo proyecto europeo con el que pretendemos mantener el liderazgo español de esta investigación con al menos otros tres vuelos espaciales antes de 2020. La continuidad de la contribución española al programa de microgravedad de la ESA es esencial para este objetivo”, concluye Medina.
Últimas noticias
Numerosas evidencias indican que los cangrejos de río fueron introducidos en España desde Italia en el s.XVI, pero algunos autores consideran que los resultados genéticos refutan esa importación. Un equipo de la Estación Biológica de Doñana-CSIC muestra que, en realidad, los patrones genéticos refuerzan los resultados obtenidos con otras aproximaciones, descartando que el cangrejo de río sea una especie nativa.
La investigación, liderada por Carmen Morales-Caselles, demuestra que los cauces secos actúan como reservorios de residuos agrícolas que, tras episodios de lluvia, pueden viajar más de 100 kilómetros hasta el fondo marino. Estos hallazgos, publicados en la prestigiosa revista iScience, suponen un avance clave para comprender el alcance real de la contaminación plástica marina, ya que la agricultura rara vez se contempla como una fuente relevante en las clasificaciones internacionales.