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Vigilantes del Aire aborda desde hoy su segunda fase. El proyecto de ciencia ciudadana al que se sumó Granada el pasado mes de noviembre con el objetivo de medir la calidad del aire a través de plantas de fresas sumó entonces un total de 500 macetas repartidas a la ciudadanía. Los participantes debían cuidar su planta en casa durante este tiempo a fin de que sus hojas acumularan materiales asociados a la contaminación del aire. Desde hoy y hasta el viernes 28 de febrero, las personas participantes en la iniciativa deben enviar una muestra de su planta para el análisis científico del material acumulado, lo que mostrará el nivel de contaminación.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad de Cádiz, Universidad de Lleida y de la Católica de la Santísima Concepción (Chile), han desarrollado un indicador que evalúa la eficiencia de los espacios protegidos en términos de biodiversidad, biomasa, y aspectos relevantes de la comunidad de peces marinos. Es la primera vez que un sólo trabajo aborda los 22 espacios protegidos españoles.
La iniciativa, que se desarrolla de forma paralela en otras cinco ciudades españolas, ha repartido 500 plantas de fresales a colectivos ciudadanos para que sirvan como estaciones de monitorización de la contaminación ambiental.
La cita, que se celebra del 4 al 17 de noviembre, suma 576 actividades entre talleres, rutas, jornadas o exposiciones organizadas por 149 instituciones de las ocho provincias. Junto a los Cafés con Ciencia, la Fundación Descubre suma este año dos proyectos de ciencia ciudadana: CuentaEstrellas y Vigilantes del Aire, para medir la contaminación lumínica y la calidad del aire, respectivamente.
Científicos de la Estación Biológica de Doñana han identificado una mayor tasa de agresión entre pollos con progenitores que ponen escaso número de huevos en cada puesta pero de larga vida reproductora. Este largo periodo reproductor implica que emplean menos esfuerzo en el cuidado de los hijos, porque tendrán bastantes oportunidades para reproducirse.
Investigadores almerienses han logrado que las larvas de la mosca soldado negra aumenten sus niveles de algunos ácidos grasos al alimentarlos con desechos de pescado. Este trabajo convierte un residuo pesquero en materia prima con la que elaborar un alimento de mayor calidad para la acuicultura.
La web ‘Biodiversidad – Los enlaces de la vida’ busca acercar este concepto de una forma accesible, amena y rigurosa, así como mostrar esta compleja red y cómo conservarla. El site reúne recursos, noticias, reportajes y exposiciones, así como proyectos para que la ciudadanía se involucre activamente en su conservación y la posibilidad de plantear preguntas que sean respondidas con rigor por expertos en la materia.
Investigadores andaluces han simulado las condiciones del calentamiento global en dos variedades de olivas en condiciones de reales de campo. Los expertos concluyen que una subida de 4 grados de temperatura reduce la cantidad de fruto, se adelanta la maduración y se obtiene menos aceite.