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Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha validado una estrategia para la recuperación de entornos afectados por la presencia de material sintético procedente de la agricultura. La técnica, que implica el empleo de compost y combina fertilizantes naturales y microorganismos, alcanza un 50% más de regeneración del sustrato que otras técnicas.
Investigadores del CSIC señalan que los cambios climáticos y el aporte de agua desde ríos y lagos explicarían los datos que muestran una cuenca marina casi vacía y, al mismo tiempo, llena de agua a finales del Mioceno.
La prestigiosa revista Nature publica un hallazgo basado en el análisis de la ‘diversidad oscura’, concepto referido a las especies nativas ausentes de sus ecosistemas, elaborado por más de doscientos investigadores en 119 regiones del planeta, entre ellos José Raúl Román, que ha aportado muestreos en la Sierra de Gádor junto a Miriam Muñoz, del IRNAS-CSIC.
Este hallazgo podría usarse en el control de plagas agrícolas, alterando la relación entre ambos insectos para convertir a las hormigas en sus depredadores.
Un equipo de investigación de las universidades de Almería y Politécnica de Cartagena ha establecido por primera vez en la agricultura mediterránea que la presencia de este tipo de residuos, así como los restos de pesticidas, alteran las comunidades de hongos y bacterias en los ecosistemas de agricultura con acolchado plástico. Esto puede afectar de forma negativa a propiedades del suelo, como su salud y fertilidad, entre otras.
Los investigadores han determinado la presencia de cinco especies de mosca negra, el insecto ‘Simulium mellah’ entre ellas, en el Campo de Tabernas, un hábitat semiárido. El estudio aporta nuevos datos sobre marcadores moleculares que ayudan a una mejor identificación de estos insectos.
El estudio, que ha sido publicado en la revista ‘Scientific Reports’, está firmado por científicos de siete instituciones y se basa en unos análisis realizados en la Universidad de Almería con un método solo aplicado en tres laboratorios de todo el mundo. Ponen de manifiesto que los romanos alteraron hace 2.000 años la hidrología de un lago del sur de la Península para paliar los efectos de la sequía.
Los resultados obtenidos en este trabajo, en el que participa la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), han diferenciado genéticamente cuatro poblaciones de arrui en África, localizadas en la costa atlántica del Sáhara, el Sáhara central, Túnez y Egipto. Se trata de una especie protegida en toda su área de distribución nativa, sin embargo, sus poblaciones están en declive debido a la caza ilegal, la competencia por el alimento con el ganado doméstico y la destrucción de sus hábitats.