Para conservar la biodiversidad se pueden realizar actuaciones desde todos los estamentos y sectores sociales. Aunque con distintas responsabilidades y repercusión, podríamos destacar entre otras muchas acciones, por ejemplo:

• A escala gubernamental, formar parte activa en los convenios internacionales en materia de conservación de la biodiversidad, como el Convenio sobre Diversidad Biológica o el convenio CITES, que establece una red mundial de controles del comercio internacional de especies amenazadas.
• Ampliar la red de áreas protegidas y corredores ecológicos dando espacios de participación a la población que vive en ellos.
• Aplicar de forma rigurosa el principio “quien contamina paga”.
• Aumentar el conocimiento científico sobre el funcionamiento de la biodiversidad, las repercusiones humanas que la ponen en riesgo y las acciones para remediar los daños causados.
• Integrar la conservación de la biodiversidad y los costes económicos asociados, en la toma de decisiones técnicas, económicas y políticas.
• Valorar lo que la biodiversidad nos aporta, mediante la realización de campañas de comunicación y programas de educación ambiental.
• Diseñar exposiciones y actividades que ayuden a sensibilizar al alumnado de los centros educativos y a los ciudadanos en general acerca de la importancia de conservar y disminuir los impactos negativos sobre la biodiversidad.

Según el principio de precaución, cuando haya peligro de considerable reducción o pérdida de diversidad biológica, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas que impidan o minimicen dicho peligro.