Noticias
Científicos españoles han descubierto en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol en Granada las primeras evidencias directas de cestería entre sociedades de cazadores-recolectores y primeros agricultores del sur de Europa. Estos hallazgos se han realizado tras el análisis de 76 objetos de materiales orgánicos descubiertos durante las actividades mineras del siglo XIX en la cueva granadina.
El ‘Miracinonyx trumani’, comúnmente conocido como guepardo americano, vivió en América del Norte hace más de 13.000 años. Pese a su nombre, estudios recientes liderados por la Universidad de Málaga han revelado que guardaba más similitudes con el puma que con el guepardo moderno, aunque con rasgos propios que lo convierten en una especie única, de la que no existe ningún felino análogo en la actualidad.
Un equipo multidisciplinar de científicos, pertenecientes al ProjectORCE, ha analizado el tamaño de las ranas que vivieron en Orce (Granada), poniendo de manifiesto que sus cuerpos aumentaban de envergadura cuando las condiciones climáticas se volvían más adversas. Este fenómeno se debió a que, con el frío y la aridez, las ranas deben almacenar energía para soportar las bajas temperaturas y aumentar su fertilidad.
Según los expertos de la Universidad de Granada que han realizado el estudio, estos microorganismos son colonizadores que crecen en las estructuras de piedra provocando alteraciones físicas, estéticas y químicas. Las microalgas manchan la piedra de las fuentes monumentales, retienen agua que deteriora el sustrato y su crecimiento excesivo puede obstruir el propio paso del agua.
Los últimos estudios sobre los yacimientos de Orce desvelan que los primeros pobladores del continente europeo, hace 1,4 millones años, desarrollaron técnicas innovadoras que no se volvieron a utilizar hasta 400 mil años después. Los resultados de este trabajo, realizado por la Universidad de Granada, se publican esta semana en la prestigiosa revista PLoSOne.
Un equipo internacional de investigadores españoles, japoneses e ingleses, coordinados por la Universidad de Sevilla, adelanta 5.000 años esta sucesión entre neandertales y humanos modernos en la Iberia meridional.
Investigadores de la Universidad de Cádiz, coordinados por Darío Bernal-Casasola, catedrático en el departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Universidad de Cádiz, han participado en un importante hallazgo que ha revelado la presencia en el mar Mediterráneo durante el período romano, hace unos 2.000 años, de dos especies de ballena actualmente ausentes de las costas europeas.